Ese gran introductor y
comentador de la obra de Esquilo, que fue George Thomson, por los lejanos años
70 del pasado siglo XX, nos dejaba en su inolvidable libro: “La Filosofía de
Esquilo”, comentarios tan curiosos como este párrafo que he utilizado como
titulo… Copio un fragmento…
Esquilo era poeta y no filosofo. Por tanto, ¿tenemos derecho a
considerar la obra de un poeta como si se tratara de una contribución a la
Filosofía? El poeta no se propone, como el filósofo, edificar un sistema de
ideas que correspondan a la realidad objetiva. Más bien se propone construir un
conjunto de imágenes que puedan expresar y suscitar aspiraciones que él
comparte con sus conciudadanos. Sin embargo, son ideas las que constituyen la
esencia del arte del poeta, al igual que el punto de partida del filósofo
vienen a ser ciertos valores y aspiraciones. Por eso, si el poeta y el filósofo
pertenecen a la misma clase social, en sus respectivas obras se manifiestan
comunes perspectivas de clase.
Y más adelante del mismo texto
que os evito por resumir, nos dice claramente, lo que todos llegamos a deducir…
El filósofo podía ser poeta y el poeta, filosofo. Ambos eran
ciudadanos activos con papel activo y a menudo determinado en los asuntos
políticos…
No olvidemos que en la Grecia clásica,
lo político es dedicarse a cosas del pueblo, de lo público… y la filosofía
busca la mejor manera de vivir en nuestro mundo… que es público, político…
social…
En nuestro calendario, seguimos
con la tragedia griega clásica… y este año nos bañamos en ese completo ciclo de
obras que llamamos: “la Orestiada”… En su primera tragedia, Agamenon, ya
tenemos unos personajes curiosos que hay que conocer y diagnosticar, ya que
todas son figuras reconocibles en nuestras culturas actuales y en nuestra
decadente educación en Crecimiento Personal… Clitemnestra… que espera a su
esposo con alfombra para asesinarlo en el baño… y luego decir al público lo
malo que era… Casandra que siempre paga la venganza de Apolo con su capacidad
para profetizar que no es creída por nadie… Y especialmente el héroe Agamenón
que ha sacrificado a su hija, a sus hombres, a su reino… para ir a guerras que
ni siquiera eran suyas…
¿Poesía?, ¿Teatro solo por
espectáculo de diversión?, ¿Filosofía?
A este que escribe, todo esto
le parece muy serio y muy importante…
Me gustaría llevar a mis nietos
a estas obras o sus representaciones aplicadas en temas actuales… en vez de que
me resulta imposible ir al cine con unos infantes a ver películas donde los
coches hablan o los dragones verdes bailan salsa…
Luego nos quejamos de los
adolescentes… nosotros, los adultos somos los culpables de adolecer de madurez
y juicio… solo tenemos dinero para ir de bares… o cosas peores.
Escrito por: Javier Morera
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