Durante estos días de calor y
vacaciones, los que leemos y leemos y seguimos y volvemos a leer, nos dedicamos
a esas obras más largas y menos conocidas que pocos suelen comentar en los
círculos de lectores.
Pronto nos cita la obra de Jane
Austen, Mansfield Park. En ella, en su tranquilo discurrir entre las vivencias
emocionales de esa familia romántica, inglesa, de los principios del siglo XIX,
nos encontramos muchas actitudes ante la vida de esa sociedad… que era, como
todas, o un poco mas que otras, una forma de vivir y socializarse excesivamente
pendiente y dependiente de las modas, costumbres y comentarios controladores de
las muchísimas normas implícitas que se contagiaban entre las clases sociales
altas de la época…
En el capitulo VI de dicha
obra, hay un párrafo donde uno de los protagonistas, que será fundamental en el
desarrollo de toda la narrativa, el celebre Edmund, nos da una lección de
respetar mas nuestro propio gusto, aun cuando no sea de la mejor estética
imperante, que de hacer caso a
tendencias menos afines a nuestra personalidad pero mas acordes con las oleadas
de opinión o gusto frecuente entre las elites que gestionan nuestra apariencia
en sus múltiples variedades y objetos…
Es bonito leer que una autora
del XIX ya nos recomienda en la persona de su protagonista masculino, que
debemos atender mas a nuestros gustos y orientaciones que a los profesionales
que nos intentan colonizar…
Cuanta verdad y cuanta relación
tiene este consejo frente a lo que hoy llamamos personalidad, madurez,
autoestima, asertividad y tantas otras claves que hoy trabajamos los psicólogos
y otros profesionales…
Que triste que hoy sigamos dejándonos
llevar por las riadas de las tendencias de moda… como manadas integradas por
“borregos” seguimos donde nos dicen los pastores… que hoy no son lideres ni
caudillos sino gestores de publicidad y agentes de mercadotecnia que nos
encauzan de cómo debemos vestir, comer, hablar, veranear, divertirnos… y hasta
leer…
Y cuando ves un miembro de esas
multitudes que se diferencia, que contrasta, que enfrenta las soluciones de
manera original, propia… ¡que duro le resulta!, ¡qué mal se lo hacemos pasar!, ¡que
poco triunfa en los lugares y redes públicos y sociales!…
Te dejo con la cita… pero es
mejor leer el libro entero… y no lo compares con una película de moda… claro
que no encontraras entre todo tu “mundo” alguien con quien hablar de este libro
y menos de este tema…
Para hablar es mejor que leas
el “best seller” más “best seller”… y serás un “guay de guay”
“-No es mi
intención ejercer ninguna influencia en el señor Rushworth –prosiguió Edmund-,
pero si yo tuviera una propiedad que quisiera modernizar, no me pondría en
manos de un paisajista. No me importaría que el grado de belleza fuese inferior
con tal de que fuese de mi propia elección y que lo fuera adquiriendo
progresivamente. Preferiría tener que atenerme a mis propias equivocaciones que
a las del paisajista.”
Escrito por: Javier Morera
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