Si, seguro que lo has leído… ¡ha sido tan famoso!… y la película tan
vista… Algunos dicen que es muy triste… ¡nada de eso!... es pura broma para
hacer pensar un poco a los “menguados” que no se dan cuenta de cómo les “va” la
vida a algunos “coetáneos” que nacen el mismo día y bien cerca… y no hablamos
de que los padres son maltratadores ni drogadictos… Hablamos de lo mal que se
lo hacemos pasar a algunos por “ideas maravillosas de otros algunos”…
Recuerda este fragmento del capitulo XII…
—Llevamos
los brazaletes durante unos meses —dijo—. Y luego las cosas volvieron a
cambiar. Un día llegué a casa y mi madre dijo que no podíamos seguir viviendo
en nuestra casa...
— ¡A mí me
pasó lo mismo! —Exclamó Bruno, alegrándose de saber que no era el único niño al
que habían obligado a mudarse de casa—. Un día el Furias vino a cenar, y luego
vinimos a vivir aquí. Y yo odio esto —añadió con enojo—. ¿También fue a cenar a
tu casa y tuvisteis que marcharos?
—No, pero
cuando nos dijeron que ya no podíamos vivir en nuestra casa tuvimos que irnos a
otro barrio de Cracovia, donde los soldados levantaron un gran muro y mi madre,
mi padre, mi hermano y yo teníamos que vivir en una habitación.
— ¿Todos
juntos? —Preguntó Bruno—. ¿En la misma habitación?
—Y no sólo
nosotros. También había otra familia, y la madre y el padre siempre estaban
peleando y uno de los hijos era mayor que yo y me pegaba aunque yo no hubiera hecho
nada.
—No puede
ser que vivierais en la misma habitación —dijo Bruno sacudiendo la cabeza—. Eso
no tiene sentido.
—Todos en la
misma —insistió Shmuel al tiempo que asentía con la cabeza—. En total éramos
once.
Bruno abrió
la boca para contradecirlo —no creía que once personas pudieran vivir juntas en
la misma habitación—, pero se lo pensó mejor.
—Pasamos
varios meses allí —prosiguió el otro—, todos juntos en la misma habitación.
Había una ventanita, pero a mí no me gustaba mirar por ella porque veía el muro
y odiaba el muro porque nuestra casa de verdad estaba al otro lado. Y aquel
barrio de la ciudad era un barrio muy malo porque siempre había ruido y era
imposible dormir. Y odiaba a Luka, el niño que siempre me pegaba aunque yo no
hiciera nada.
—A mí a
veces Gretel me pega —aportó Bruno—. Es mi hermana —añadió—. Y es tonta de
remate. Pero pronto seré mayor y más fuerte que ella y entonces se va a
enterar.
—Y un día
llegaron los soldados con unos camiones enormes —continuó Shmuel, que no
parecía interesado por Gretel—. Nos hicieron salir a todos de las casas. Mucha
gente no quiso salir y se escondió donde pudo, pero creo que al final los
capturaron a todos. Y los camiones nos llevaron a un tren, y el tren... —Vaciló
y se mordió el labio inferior. Bruno pensó que iba a echarse a llorar, aunque
no entendía por qué—. El tren era horrible —pro-siguió Shmuel—. Para empezar,
había demasiada gente en los vagones. Y no se podía respirar. Y olía muy mal.
—Eso es
porque os metisteis todos en el mismo tren —dijo Bruno, recordando los dos
trenes que había visto en la estación el día que se marchó de Berlín—. Cuando
nosotros vinimos aquí, había otro tren al otro lado del andén, pero creo que
nadie lo había visto. Nosotros nos subimos a ése. Si te hubieras subido al
mío...
—No creo que
nos hubieran dejado —dijo Shmuel negando con la cabeza—. No podíamos salir del
vagón.
—Las puertas
están al final —explicó Bruno.
—No había
puertas —dijo Shmuel.
—Claro que
había puertas —suspiró Bruno—. Están al final —repitió—. Después de la
cafetería.
—No había
ninguna puerta —insistió Shmuel—. Si hubiera habido alguna puerta, nos
habríamos apeado todos.
Bruno
masculló algo del estilo de «claro que las había», pero no lo dijo en voz alta.
—Cuando por
fin el tren se paró —continuó Shmuel—, estábamos en un sitio donde hacía mucho
frío y tuvimos que venir hasta aquí a pie.
—Nosotros
vinimos en coche —explicó Bruno.
—A mi madre
se la llevaron, y a mi padre, a Josef y a mí nos pusieron en las cabañas de
allí, que es donde estamos desde entonces.
Pues si, como recuerdas es un trocito de la obra “El Niño con el Pijama
de Rayas”… de John Boyne… muy curioso el final… su queridísimo padre vivirá muy
contento de haber limpiado el mundo para su hijo… como desean todos los que
tienen soluciones maravillosas y ostentan el poder…
Este jueves puedes venir con el pijama de rayas… esperemos que no nos
hagan dar una caminata de Solución Final…
Escrito por: Javier Morera
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