Y ya pasan los 179 años desde que naciste… y te recordamos y te
admiramos… si, ya se que tuviste defectos humanos un montón y pocos meritos
sociales, heroicos… incluso literarios… mas bien escasos… pero tu sensibilidad,
tu música, tu poesía… ha sido y será siempre un regalo para los románticos que
no se conforman con “pan y circo”…
Este jueves próximo a tu aniversario, trataremos unos relatos tuyos,
cortos pero intensos… cargados de música y sentido… forma, belleza… alma de
amor en palabras inflamadas por tu imaginación y tus genios de fantasía y
leyenda…
Me he permitido entresacar hilos de tus preciosos tapices… colores de tu
mágica paleta… rastros de tus suspiros antes de que vayan al aire…y con ellos…
entrelazados, con mi pluma, sin tu gracia, con tu permiso, deseando aprender de
ti, que no enfadarte ni copiarte… te dedico estas palabras que fueron tuyas… en
otro bordado que es ahora, recompuesto, nuestro homenaje…
Perdona nuestro atrevimiento, Gustavo… y sonríe desde tu gloria a estos
que siguen tu estela…
“Yo quisiera
forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estrofa tejida de frases
exquisitas, en la que os pudierais envolver con orgullo, como en un manto de
púrpura.”
“Yo quisiera
poder cincelar la forma que ha de conteneros, como se cincela el vaso de oro
que ha de guardar un preciado perfume. ¡Más, es imposible?”
“No quiero que
en mis noches sin sueño volváis a pasar por delante de mis ojos, en
extravagante procesión, pidiéndome con gestos y contorsiones que os saque a la
vida de la realidad, del limbo en que vivís semejantes a fantasmas sin
consistencia.”
“No quiero que
al romperse esta arpa vieja y cascada ya, se pierdan a la vez que el
instrumento las ignoradas notas que contenía.
Deseo ocuparme
un poco del mundo que me rodea pudiendo, una vez vacío, apartar los ojos de
este mundo que llevo dentro de la cabeza.”
Gustavo Adolfo
Bécquer-Introducción Sinfónica.
“Si tú
supieras cómo las ideas más grandes se empequeñecen al encerrarse en el círculo
de hierro de la palabra; si tú supieras qué diáfanas, qué ligeras, qué
impalpables son las gasas de oro que flotan en la imaginación, al envolver esas
misteriosas figuras que crea, y de las que sólo acertamos á reproducir el
descarnado esqueleto; si tú supieras cuan imperceptible es el hilo de luz que
ata entre sí los pensamientos más absurdos que nadan en su caos: si tú
supieras... pero, ¿qué digo? Tú lo sabes, tú debes saberlo.”
Gustavo Adolfo
Bécquer-Carta II - Cartas literarias a una mujer.
"Yo soy el
invisible
anillo que
sujeta
el mundo de la
forma
al mundo de la
idea.
Yo, en fin, soy
el espíritu,
desconocida
esencia,
perfume
misterioso
de que es vaso
el poeta."
Gustavo Adolfo
Bécquer-Rima V – El Libro de Los Gorriones.
Escrito por: Javier Morera
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