“No era el hombre más honesto ni el más
piadoso pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y
había luchado como soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes.”
“La calle estaba oscura y no se veía un alma.
Embozado en una capa vieja prestada por don Francisco de Quevedo, Diego
Alatriste se detuvo junto a la tapia y echó un cauteloso vistazo.”
“Quizá porque la verdadera patria de un
hombre es su niñez, a pesar del tiempo transcurrido recuerdo siempre con
nostalgia la taberna del Turco.”
“En marzo anochecía pronto. Aún quedaba un
rastro de claridad en el cielo, pero las calles estrechas bajo los aleros sombríos
de los tejados estaban negras como boca de lobo.”
“El más jóven no estaba herido de gravedad.
Lo habían llevado entre su acompañante y Diego Alatriste más cerca del farol,
que encendieron de nuevo; y allí, recostado en la tapia del huerto de los
Carmelitas, le echaron un vistazo a la cuchillada que habían recibido del
italiano: uno de esos rasguños superficiales muy aparatosos de sangre pero sin
consecuencia alguna, que luego permitían a los jóvenes pisaverdes pavonearse
ante las damas con el brazo en cabestrillo y a muy poco coste.”
“Al día siguiente Madrid despertó con la noticia increíble.
Carlos Estuardo, cachorro del leopardo inglés, impaciente por la lentitud de
las negociaciones matrimoniales con la infanta doña María, hermana de nuestro
rey don Felipe IV, había concebido con su amigo Buckingham ese proyecto
extraordinario…”
“El día siguiente era domingo. Empezó en fiesta, y a
pique estuvo para Diego Alatriste y para mi de terminar en tragedia.”
“Aquello parecía un tribunal y a Diego Alatriste no
le cupo la menor duda de que lo era.”
“Después de aquella noche toledana hubo unos días de
calma.”
“Caí en la trampa. O, para ser más exacto, cinco
minutos de conversación bastaron para que ellos urdieran la trampa”
“Los gritos de las guardias española, borgoñona y
tudesca al hacer el relevo en las puertas de palacio llegaban hasta Diego
Alatriste por la ventana abierta a uno de los grandes patios del Alcazar Real”
“El cielo amenazaba lluvia sobre el Alcázar, y las
pesadas nubes que corrían desde el oeste parecían desgarrarse en el chapitel
puntiagudo de la torre dorada.”
Aquí tenéis las
primeras frases de todos los capítulos de la obra “El Capitán Alatriste” de Arturo
Pérez-Reverte… seguro que ya lo habeís leído… pero no teneís la suerte de venir
a la tertulia que dentro de unos minutos comenzará en nuestra asociación…
revisar el libro… os dejamos con los “Empezares…”
Escrito por: Javier Morera
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