“Siempre miraban hacia atrás antes de volver la esquina, porque su
madre estaba siempre en la ventana para decirles adiós con la mano, sonriendo. Parecía
como si no pudieran cumplir sus deberes diarios sin aquella despedida que le
hacia el efecto de un rayo de sol”
Si eres una lectora conocedora de obras clásicas del
siglo XIX, seguramente ya sabes de qué titulo y escritora estoy citando… si
eres lector o no te interesan esas épocas… pues no habrás ni oído, menos leído,
a la norteamericana Louisa May Alcott que vivió por esas inmensas tierras
recién colonizadas de América entre 1832 y 1888. Esta mujer, educada en una
culta familia de buena posición social, también quiso dedicarse a leer y
escribir… tema siempre difícil pero mucho más en aquellas épocas donde la joven
era rápidamente educada y dedicada al matrimonio y el cuidado de niños y
adultos, casa… toda la vida… Y aun mas en tiempos difíciles de la Guerra de
Secesión por esas tierras… Pero
consiguió dejarnos sus cuentos, sus relatos y novelas… y especialmente, una
obra que es bueno leer para entender sus principios morales y los valores que
estas buenas gentes deseaban implantar en sus mundos…
En esa novela: MUJERCITAS, nos cuenta las
circunstancias sociales, familiares, emocionales… de una familia de cuatro
“jovencitas” que además de pasar por sus apuros económicos, laborales, de las
ausencias por la Guerra… además van entrando y saliendo en esas etapas que
ahora llamamos madurez infantil, pubertad, adolescencia, primera juventud…
Muchos nombres y teorías y siempre un mismo problema, mas para estas niñas,
aprender a vivir y superar tantos miedos y obstáculos que nos pone la vida.
Si se leen los XXIII capítulos de que consta la
obra, se van conociendo los diferentes caracteres de las jovencitas y los
diferentes estados por los que cada una a su manera los va superando… y
disfrutamos viendo como la hábil autora nos coloca en cada capítulo un tema o
problema típico para cada una de las niñas… miedo, inseguridad, indecisión, soledad,
aburrimiento, indisciplina, desorden, vanidad, holgazanería… siempre con
optimismo, siempre desde la buena educación y el cariño fraternal y familiar
que ayuda a ir superando los trances sin recaer en traumas…
Es un buen momento para leer o releer estas obras
tan acertadas que por algo se han conservado entre las “clásicas”… suaves y
dulzonas, sin vinagre ni sangre… pero cargadas de humanidad… o de lo que
debería ser lo humano… sin asesinatos en serie… sin violaciones en grupo… sin
genocidios, sin crímenes por genero… Con amor y educación…
Escrito por: Javier Morera
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