Cuando lees La Vuelta al Mundo en 80
Días… te dejas llevar por esa pluma fácil y amena de Verne que nos distrae, nos
ilustra, nos sorprende y nos enreda… con su sencilla trama casi romántica, algo
juvenil, divulgadora de conocimientos y adelantos… soñadora de tecnologías y
modernismos…
Pero, especialmente, la lectura de Verne,
te hace sentirte humano… hay que salvar a una mujer que va a ser sacrificada en
la India… hay que salvar al amigo que ha sido capturado por los amerindios… Hay
que sobornar, como hay que soportar las inclemencias de “la Justicia”… Hay que
seguir adelante con el proyecto, con la motivación… con la vida…
Leer a Verne es casi como leer con Verne,
en su sala de la gran Biblioteca de París… repasando documentos, periódicos,
haciendo sus notas sobre este personaje y aquel camino perdido… navegando o
corriendo tras los trenes de la época…
Leer con Verne, es como leer la vida, de
aquella época…
Leer con Verne es lanzarse al viaje
total, al viaje romántico… al viaje vital de nuestra existencia…
¡Lee a Verne!... ¿Qué es de niños?...
pues si, es verdad. La vida emocionante, los viajes apasionantes, la amistad,
el amor y la aventura… ¡Es de niños…!
Tú que eres tan adulto dedícate a esa super obra
cultural que nos anuncian en nuestro teatro Principal para la nueva temporada…
Hole-2… que es de maduros… que no tiene nada de fantasía ni de superchería
alejada de la más pura realidad… y buen provecho… yo me quedo con Verne y la
vuelta al mundo… hasta que me muera… de niño y romántico…
Escrito
por: Javier Morera
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