Se supone que la reproducción
sexual, al mezclarse dos dotaciones distintas de genes y recombinadas de manera
única y diferente, da a cada uno de nosotros, la posibilidad de ser un
individuo único.
Luego, la educación, que
pretende ser adecuada a cada persona en edad y método, al ser recibida desde tu
diferencia sensorial e intelectual, te permite ser diferente…
A la vez, mil situaciones
vivénciales distintas, experimentadas desde tu subjetividad, integradas en tus
desarrollos, interpretadas a partir de tus circunstancias… te construyen en una
biografía exclusivamente distinta…
Pero lo cierto resulta, que
desde antes de nacer, y en progresivo aumento después, los procesos sociales,
incluidos los educativos y culturales… tienden a integrarte en un todo, global
y estrictamente planificado que supone “uniformalización” en un sujeto casi
idéntico a cualquiera de los otros integrantes de tu cultura, solo
distinguiendo en edad y sexo…
Así estamos fabricando el
prototipo, el robot, la persona de hoy… Para un empresario, una pieza fácil de
intercambiar en sus necesidades de trabajadores, capacidades, horarios… Para un
político, un votante sin sentido critico, manipulable y sin memoria… Para un
vendedor, un consumista que solo hay que ponerle el anuncio delante para que
agote el producto… Para mi, un horror… carne de mercado… deshecho de una
civilización equivocada… fracaso de humanistas, filósofos y pensadores que
creyeron en un futuro rico y creativo donde cada persona fuera un mundo y la
diversidad fuera la norma…
Si vamos a un pueblo de hace
unos años… vemos que cada casa es única, distinta… con sus características de
adecuación al solar, a la familia, a las posibilidades económicas, al oficio de
sus habitantes…
Si observamos nuestras casas en
la ciudad… todas son iguales, simétricas, planificadas y copiadas… cientos de
casas donde nos perderíamos si no es por nombres, planos, números… todo es
igual… absurda y artificialmente igual… como los arbustos y flores de nuestros
jardines… como nuestros vehículos… como nuestra ropa… como nuestras tumbas en
los cementerios…
Si lees Miedo a la Libertad de
Erich Fromm, puede que pienses sobre estas cosas… pero si ves la serie de moda
en tu tiempo de vida… no tendrás tiempo para pensar en tu vida… en tu imposible
diferencia… Ser o copiar… esa es la cuestión.
Escrito por: Javier Morera
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