Un libro suele estar
constituido por capítulos y cada capitulo contiene la sustancia necesaria para
ser una parte, pero necesita de los demás compañeros de edición para formar
entre todos y en conjunto ordenado la historia narrada que es el titulo… el
libro.
A veces, nos encontramos con
libros que son tan cortos y tan atómicamente construidos que nos asemejan un
capitulo y por ello ni se dividen ni se fraccionan… todo es uno… o muy largo
para ser leído sin interrupción o poco es todo, que nos ahorra papel y palabras
para llegar a nuestros entendimientos en forma breve y escueta.
Hay ejemplos de todo tipo y os
quiero citar uno curioso donde un capitulo es en si mismo, una unidad
independiente que puede ser leído y entendido como un libro, como un relato
corto de los muchos que se alojan ordenados y emparentados en esa enciclopedia
de mar y aventuras que titulamos: Moby Dick.
En un capitulo se narra la
historia de un barco, el Town-ho… comienza con una situación que ya daría para
toda una novela, una vía de agua que ni se encuentra ni se soluciona, que crece
y empeora…
“Caballeros, unos
años antes de que yo conociera los acontecimientos que voy a referiros, el
Town-ho, barco de Nantucket a la pesca de cachalotes, navegaba por aquí, por
vuestra parte del Pacífico, a no muchos días de vela al oeste de los aleros de
esta Posada de Oro. Estaba un poco al norte del ecuador. Una mañana, al dar a
las bombas, según la costumbre diaria, se observó que hacía más agua de la acostumbrada
en la bodega. Supusieron, caballeros, que un pez espada habría perforado el
barco. Pero como el capitán tenía alguna razón insólita para creer que le
aguardaba una buena suerte extraordinaria en aquellas latitudes, y, por tanto,
era muy contrario a abandonarlas, y como la vía de agua no se consideró en
absoluto peligrosa —aunque, desde luego, no pudieron encontrarla después de
buscar por toda la bodega hasta la mayor profundidad posible con una mar
bastante gruesa—, el barco siguió su crucero, con los marineros trabajando en
las bombas a intervalos espaciados y cómodos, pero sin que llegara ninguna
buena suerte; pasaron más días, y no sólo seguía sin descubrirse la vía de
agua, sino que aumentaba sensiblemente. Tanto fue así, que, alarmándose…”
Después aparecen los problemas
personales entre uno de los marineros y un oficial… enfrentamientos, peleas,
forcejeos, motín… anuncio de castigos y enfrentamientos de personalidades en
circunstancias explosivas…
Y aparece, como tantas veces en
este libro, el cuerpo náutico y aterrador para ellos de Moby Dick… y hay que ir
a cazarlo… y el destino actúa como vengador de las peleas… y siguen las
aventuras… y seguirán…
Este capitulo es un libro
autónomo e independiente… puedes leerlo aunque no seas capaz de dedicar ese
manojo de horas que necesitas para enfrentarte a esa novela de Melville… que
tiene tantas historias como gotas tiene el mar…
Es un capitulo libro… como hay
días que parecen un resumen de tu vida… como hay vidas que podrían resumirse en
un día…
Cuidado con las vías de agua en
tu vida… repáralas cuanto antes… o puedes naufragar… y no dejes de leer para no
perder el rumbo… ¡Si sabes donde vas!.
Escrito por: Javier Morera
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