Pagiolo era solo una página de
“La
Historia Interminable” y estaba muy preocupado por lo que ocurría a Bastian,
sabía que ya se había encontrado con Atreyu, sabia que habían pasado muchas
cosas en los capítulos anteriores al que pertenecía nuestro personaje… ¿Qué
como lo sabia? Pues porque se lo había oído leer en voz alta a una madre que le
leyó “La
Historia Interminable” a su hijito jovencito… pero como el pequeño se
puso a leer él solo el resto del libro y solo lo leía para si mismo, Pagiolo se
quedó sin saber que sucedía en las paginas siguientes…
Pagiolo se puso muy contento
cuando un extraño grupo que se autodenominaban “El Rincón del Romántico” en
unas sesiones que las llamaban “Leertes”, comenzaron por el mes de julio de
2014 a leer en voz alta toda la Historia… y además, comentaban y reflexionaban
sobre todo lo que leían… y Pagiolo se sintió muy feliz, al fin entendía todo y además
muy ilusionado… al fin podría oír y conocer de la A a la Z todo este libro del
que formaba parte, pero no podía controlar….
Estaba decidido a decirles a
su presidenta, una niña muy mona y muy fina y al joven que parecía el centro de
atención de todos los asistentes, que “Muchas Gracias” por leer todo y tan
bien, para él y para todos los que quisieran oírles… ¡no sabia como hacerlo,
pero ya se le ocurriría algo… al fin de cuentas era una importante pagina de un
importante libro, escrito por un importante autor de sobradísima y reconocida
inteligencia… ¡Ya pensaría algo!...
Pero el problema de Pagiolo
empezó cuando a finales de julio el grupo sufrió un paron… dejaron de leer… y
el miedo recorrió la amarilla pagina que era el cuerpo de Pagiolo… al cabo de
unos días volvieron y retomaron todas las ilusiones… Pasó mitad del libro… y no
solo leían muy bien sino que también pintaban, modelaban, recortaban figuras y
siluetas de los principales protagonistas del libro… y hacían fotos… Pagiolo sintió
un inmenso placer y hasta escalofríos de gusto cuando una tarde, sintiose leído
por la joven que dirigía toda aquella fiesta de lecturas… ¡Hasta salio en la
foto del día y junto con otras compañeras en el facebook de estas personas tan
modernas e importantes…
De repente, una tarde, de
principios de agosto, se le helaron las letras entre las líneas… ¡no podía ser
cierto lo que oía!… los lectores no podían quedar para leer… y no tenían tiempo
para terminar el libro… y se corría el riesgo de dejarlo inacabado… pendiente…
inconcluso… indefinido… Interminable…
Pagiolo se asustó, se
preocupó, se impacientó y le pidió a uno de los lectores, que aunque leía poco
ahora, llevaba fama de haber sido un veterano devorador de libros en sus
juventudes… le pidió que intercediera por que continuaran… por que siguiera
esta Historia…
por que así podría Pagiolo llegar al final… y ser de una vez terminable… y
descansar sin tanta incertidumbre…
Y… el veterano lector… Pero
esa es otra Historia y tendremos que contarla en otra parte…
Escrito por: Javier Morera
Betés
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