El pasado jueves nos perdimos con Pearl S. Buck en
el intrincado y tradicional mundo chino de los albores del siglo XX… El libro,
uno de los primeros de esta autora y tal vez el que le nominó para obtener el premio
Nobel en 1938, se titula “Viento del Este, Viento del Oeste” y su lectura y en
su trama, sencilla y familiar, nos introduce en las relaciones sociales y
familiares entre personas que pertenecen a mundos distintos, según sus
socializaciones, algunas más cerradas donde todo debe ser atado y constreñido a
normas, como los pies de las “muchachas de buena familia” y otras más abiertas
que aceptan y promueven el cambio y las novedades…
Poner estos mundos en contacto es iniciar el
conflicto, crear la crisis… erosionar lo permanente… ¿seguir o cambiar?...
¿heredar o emigrar?... ¿ser o no ser?... ¿Socializar como nuestros abuelos o
inventar y descubrir lo que nos vaticinan nuestros nietos?...
España y yo sabemos mucho de esto… de niño todo era
pecado… ahora todo está perdonado… excepto meterse con los políticos… que son
aforados… y te mandan a que te dediques a tus canciones… como le ha ocurrido a
la aplaudida Amaral…
¿Será necesario recordar algunas canciones que
fueron muy cantadas, como la Marsellesa o “no pasaran”?… y otras letras
cargadas de fuerza, valor y sentido… como el himno nacional de una patria donde
te sientes orgulloso de poder hablar y hasta cantar…
¡Qué suerte poder cantar!
Escrito por: Javier Morera
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