Una vez más, un año mas, en noviembre,
con las hojas arremolinadas por vientos de otoño y nubecillas de nieblas en las
mañanas grises…. Hemos leído y disfrutado de otro volumen de Harry Potter…. En
unos días se han esfumado los meses del curso de Hogwarts y otra vez, Harry ha
pasado muchas aventuras, para modelo y diversión de todos nosotros…
Y, ahora, camino del invierno que se
anuncia implacable, tenemos una cita con Guillermo, el apreciado dramaturgo y
genial Shakespeare…. Con su obra: “El Cuento de Invierno”… una de las últimas citas del año… ya
nos quedan pocas… ¡Que lastima!
Os pongo un trocito para animaros a su
lectura…
“POLÍXENES: No me obliguéis así, os lo suplico. No hay lengua
persuasiva, ninguna, ninguna en el mundo, que pueda vencerme tan fácilmente
como la vuestra. Así sería ahora si el objeto de vuestra demanda implicase
verdadera importancia para vos aunque tuviera que rechazarlo. Mis negocios me
impulsan literalmente hacia mi reino y retenerme sería hacerme de vuestra
amistad un instrumento de tortura. Mi estancia es para vos una carga y un
enojo. Así, pues, para evitarnos los dos estos inconvenientes, adiós, hermano.”
Pero el 26 de noviembre nos espera una
cita con nuestro interesante Sir Arturo Conan Doyle, este año, casi ya en
invierno, nos las veremos con la bufanda y el sobretodo de impecable “cheviot”
de Holmes y Watson… pasaremos algo
parecido al miedo, por el páramo… mirar como empieza…
“El señor Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy
tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda
la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie junto a la chimenea, me
agaché para recoger el bastón olvidado por nuestro visitante de la noche
anterior. Sólido, de madera de buena calidad y con un abultamiento a modo de
empuñadura, era del tipo que se conoce como «abogado de Penang». Inmediatamente
debajo de la protuberancia el bastón llevaba una ancha tira de plata, de más de
dos centímetros, en la que estaba grabado «A James Mortimer, M.R.C.S. de sus
amigos de C.C.H.», y el año, « 1884». Era exactamente la clase de bastón que
solían llevar los médicos de cabecera a la antigua usanza: digno, sólido y que
inspiraba confianza.
-Veamos, Watson, ha qué conclusiones llega?
Holmes me daba la espalda, y yo no le había dicho en qué me
ocupaba.
-¿Cómo sabe lo que estoy haciendo? Voy a creer que tiene usted
ojos en el cogote.
-Lo que tengo, más bien, es una reluciente cafetera con baño de
plata delante de mí –me respondió-. Vamos, Watson, dígame qué opina del bastón
de nuestro visitante. Puesto que hemos tenido la desgracia de no coincidir con
él e ignoramos qué era lo que quería, este recuerdo fortuito adquiere
importancia. Descríbame al propietario con los datos que le haya proporcionado el
examen del bastón.”
Y ya en diciembre, preparando la Navidad…
hablaremos de la amistad…. Con Khaled Hosseini… en su obra “Cometas en el Cielo”. El
empezar ya marca el ritmo triste de la historia…
“Me convertí en lo que hoy soy a los doce años. Era un frío y
encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba
agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el
callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el
tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo,
no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos. Ahora que lo recuerdo,
me doy cuenta de que llevo los últimos veintiséis años observando a hurtadillas
ese callejón desierto.”
Claro, y ahora estarás pensando que voy a
terminar este largo post con una cita del empezar del ultimo libro de este
año…. ¡Pues no!... en literatura procuramos y podemos ser mas creativos… y nos
gusta jugar con el tiempo y con la vida de nuestros protagonistas… Así… me
permito terminar con el terminar de ese libro recién cerrado en nuestras
tertulias… “Harry Potter y El Cáliz de Fuego”… que me sirve para recordarlo
y preparar el futuro…
“Harry les guiñó un ojo, se volvió hacia tío Vernon y lo siguió
en silencio hacia la salida. No había por qué preocuparse todavía, se dijo
mientras se acomodaba en el asiento posterior del coche de los Dursley.
Como le había dicho Hagrid, lo
que tuviera que llegar, llegaría, y ya habría tiempo de plantarle cara.”
¿A que queda acertado… aquí…?
¡Ya llegará!
Escrito por: Javier Morera
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