domingo, 15 de noviembre de 2015

LO QUE TUVIERA QUE LLEGAR, LLEGARÍA


Una vez más, un año mas, en noviembre, con las hojas arremolinadas por vientos de otoño y nubecillas de nieblas en las mañanas grises…. Hemos leído y disfrutado de otro volumen de Harry Potter…. En unos días se han esfumado los meses del curso de Hogwarts y otra vez, Harry ha pasado muchas aventuras, para modelo y diversión de todos nosotros…

Y, ahora, camino del invierno que se anuncia implacable, tenemos una cita con Guillermo, el apreciado dramaturgo y genial Shakespeare…. Con su obra: “El Cuento de Invierno”… una de las últimas citas del año… ya nos quedan pocas… ¡Que lastima!

Os pongo un trocito para animaros a su lectura…

“POLÍXENES: No me obliguéis así, os lo suplico. No hay lengua persuasiva, ninguna, ninguna en el mundo, que pueda vencerme tan fácilmente como la vuestra. Así sería ahora si el objeto de vuestra demanda implicase verdadera importancia para vos aunque tuviera que rechazarlo. Mis negocios me impulsan literalmente hacia mi reino y retenerme sería hacerme de vuestra amistad un instrumento de tortura. Mi estancia es para vos una carga y un enojo. Así, pues, para evitarnos los dos estos inconvenientes, adiós, hermano.”

Pero el 26 de noviembre nos espera una cita con nuestro interesante Sir Arturo Conan Doyle, este año, casi ya en invierno, nos las veremos con la bufanda y el sobretodo de impecable “cheviot” de  Holmes y Watson… pasaremos algo parecido al miedo, por el páramo… mirar como empieza…

“El señor Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie junto a la chimenea, me agaché para recoger el bastón olvidado por nuestro visitante de la noche anterior. Sólido, de madera de buena calidad y con un abultamiento a modo de empuñadura, era del tipo que se conoce como «abogado de Penang». Inmediatamente debajo de la protuberancia el bastón llevaba una ancha tira de plata, de más de dos centímetros, en la que estaba grabado «A James Mortimer, M.R.C.S. de sus amigos de C.C.H.», y el año, « 1884». Era exactamente la clase de bastón que solían llevar los médicos de cabecera a la antigua usanza: digno, sólido y que inspiraba confianza.
-Veamos, Watson, ha qué conclusiones llega?
Holmes me daba la espalda, y yo no le había dicho en qué me ocupaba.
-¿Cómo sabe lo que estoy haciendo? Voy a creer que tiene usted ojos en el cogote.
-Lo que tengo, más bien, es una reluciente cafetera con baño de plata delante de mí –me respondió-. Vamos, Watson, dígame qué opina del bastón de nuestro visitante. Puesto que hemos tenido la desgracia de no coincidir con él e ignoramos qué era lo que quería, este recuerdo fortuito adquiere importancia. Descríbame al propietario con los datos que le haya proporcionado el examen del bastón.” 

Y ya en diciembre, preparando la Navidad… hablaremos de la amistad…. Con Khaled Hosseini… en su obra “Cometas en el Cielo”. El empezar ya marca el ritmo triste de la historia…

“Me convertí en lo que hoy soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo, no es cierto. Porque el pasado se abre paso a zarpazos. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de que llevo los últimos veintiséis años observando a hurtadillas ese callejón desierto.”



Claro, y ahora estarás pensando que voy a terminar este largo post con una cita del empezar del ultimo libro de este año…. ¡Pues no!... en literatura procuramos y podemos ser mas creativos… y nos gusta jugar con el tiempo y con la vida de nuestros protagonistas… Así… me permito terminar con el terminar de ese libro recién cerrado en nuestras tertulias… “Harry Potter y El Cáliz de Fuego”… que me sirve para recordarlo y preparar el futuro…

“Harry les guiñó un ojo, se volvió hacia tío Vernon y lo siguió en silencio hacia la salida. No había por qué preocuparse todavía, se dijo mientras se acomodaba en el asiento posterior del coche de los Dursley.
Como le había dicho Hagrid, lo que tuviera que llegar, llegaría, y ya habría tiempo de plantarle cara.”

¿A que queda acertado… aquí…?
¡Ya llegará!



Escrito por: Javier Morera


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